La Leyenda
Cuentan en Sabucedo que el origen de esta fiesta está en el hecho de una gran peste que devastó la comarca. Dos hermanas le ofrecieron al patrón de la parroquia San Lorenzo, dos yeguas (bestas) si las defendía del contagio.
Pasada la peste cumplieron con su promesa, dándole al párroco las yeguas, que pasado el tiempo se multiplicaron en los montes próximos.